31/10/09

El darwinismo creyente



No quería que terminara este prolongado veranillo del membrillo, también conocido como de los Arcángeles (San Miguel, San Rafael y San Gabriel celebran en estas fechas su onomástica, según el santoral) -aunque no es mi deseo mezclar temas- sin aconsejarle a mi antagonista en la dialéctica ciencia versus religión la lectura de un artículo publicado por C. Fresneda hace un par de años en El Mundo, en el que intenta poner algo de cordura en esta estéril polémica. Comienza el referido escrito en estos términos:





El dilema entre Cristo y Darwin lo resuelve Michael Ruse de un plumazo: «Pertenecen a dos reinos distintos y es absurdo ponerles frente a frente. Cristo no hacía ciencia, y Darwin nunca se propuso hacer religión». El británico Ruse, filósofo de la ciencia y profesor de la Universidad de Florida, ha querido terciar en el debate que no cesa sobre la Teoría de la Evolución con una pregunta al aire que resuena estos días en las librerías españolas: ¿Puede un darwinista ser cristiano? (ediciones Siglo XXI).

Le damos la vuelta a la cuestión: ¿Puede un cristiano comulgar con la evolución? «Cristo y Darwin son perfectamente compatibles», responde el autor. «Es difícil conciliarlos, pero es posible. No podemos interpretar todos los pasajes de la Biblia literalmente, de la misma manera que no podemos convertir el darwinismo en un dogma. Si es cierto que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, se supone que somos inteligentes...».

Michael Ruse, educado como cuáquero y «escéptico» por definición, desdeña tanto a los «fundamentalistas cristianos» como a los «neodarwinistas radicales». Los dos extremos, sostiene, atizan inútilmente una hoguera que sigue ardiendo al cabo de siglo y medio de la publicación de El origen de las especies.
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1 comentario:

Antonio Andújar Tomás dijo...

No sé Fanmuje, en ocasiones me pierdo y no entiendo a gentes como Ruse. Comprendo la antipatía que despierta Dawkins por su contundente forma de plantear algunos temas, pero creo que en ocasiones es la única forma de hacer frente a la hipocresía y la perversión intelectual.

Mi pregunta sería: ¿puede un darwinista vivir en la duda sobre la existencia de Dios?, ya sabes el miedo que se pasa en la hora más profunda de la noche más oscura y las dudas que me persiguen desde que hice mi última y postrera comunión con los santos.

Recuerdo que la última vez que oficié de monaguillo y ayudaba al cura a ponerse su traje de colores, le miré a los ojos, antes de la investidura, y tras acabar de hacerlo, observé al mismo estúpido y me dije, este no puede representar a nada ni a nadie que merezca la pena. Desde entonces no he dejado de dudar. Hasta Darwin, Bakunin, Aguirre y Zapatero me hacen dudar

Pero la pregunta de Ruse: ¿puede un darwinista ser cristiano? me deja muy frío, es algo así como preguntarse: ¿puede un madridista ser del atleti?, ¿puede un tomasista admirar a Cayetano? pues sí, es difícil pero puede serlo, los he conocido.

Y estimado colega, al fin y al cabo ¿qué significa ser cristiano?, ¿en qué se diferencia un hombre bueno cristiano de otro hombre bueno que no sea cristiano? o dicho de otro modo, en este momento crucial de mi vida que mé me da un tonto creyente que no me dé un ateo tonto.

Por último, una pregunta más angustiosa: ¿quién era Cristo y qué pretendía? ¿que hay detrás del cristianismo en sus diferentes versiones?

Y para acabar echo mano de una frase dicha no hace mucho por nuestra inspirada Esperanza A.: la equidistancia es injusta y grosera.