24/12/08

Hola, ya estoy aquí...

Hola, ya estoy aquí dispuesto a polemizar con dios y con el diablo.

1 comentario:

Javi dijo...

Hola: me apunto a la discusión sobre células madre y sobre la Instrucción Dignitas personae.
Comenzaré comentando ésta última. Los párrafos 14 y ss. hablan de la fecundación in vitro, cuestión que me afecta directamente.
En particular el 16 dice textualmente: "La Iglesia, además, considera que es éticamente inaceptable la disociación de la procreación del contexto integralmente personal del acto conyugal". Entiendo por "acto conyugal" el coito.
Es decir, la Iglesia no acepta éticamente que se produzca un embarazo si no se dan las siguientes condiciones:
1º) La mujer de la que proviene el óvulo debe estar casada (por el rito católico entiendo) con el hombre del que proviene el espermatozoide.
2º) El encuentro el espermatozoide y el óvulo debe darse tras un coito.

La Iglesia es mentecata y cursi. Es incapaz de reconocer, por ejemplo, que puede existir tanto amor en una pareja casada como no casada, que el coito no es el único acto de expresión de amor entre los miembros de una pareja, que la procreación no es el fin del matrimonio (éste es desgravarse de Hacienda todo lo posible, dicho sea de paso), es más, la procreación no es ni siquiera un fin.

Insinúa la Iglesia en los párrafos citados que las parejas y médicos que participan en una fecundación in vitro se asemejan bastante a unos asesinos que dejan morir o matan directamente a los pobrecitos embriones no seleccionados.

La Iglesia concede el mismo estatus de "persona humana" a los nacidos y a los no nacidos. ¿Por qué se detiene en los embriones? ¿No llevan tanta vida los espermatozoides como el embrión? Al menos la mitad sí, de forma que en cada coito son asesinados millones de mitades de personas humanas que no llegan a encontrar al óvulo. ¡Y ellos alentados los coitos conyugales! ¡Ah! ¡Por eso también condenan a los infiernos a los onanistas!