24/2/09

Enigma nº 17




"ME ABURREN LOS ATEOS, SIEMPRE ESTÁN HABLANDO DE DIOS"


Esta sentencia es de un católico anarquista y premio Nobel de Literatura, crítico con el consumismo materialista, con la propia Iglesia y con el sistema imperante. Muy recomendable su lectura.






Como está presta a finalizar la temporada de rebajas invernales, en esta entrada yo tamién ofrezco dos al precio de una. A continuación transcribo un fragmento de un artículo que Juan Manuel de Prada publicó hace unas semanas a propósito del famoso "autobús ateo" que lleva por título ¡DISFRUTE DE LA VIDA COMO UN SEÑOR ATEO!:

"... Dios, según el estrafalario sentido de la realidad de estos señores ateos, es un ser tiránico que abruma y aflige a los hombres. Pero, si leemos las Escrituras, descubrimos que Dios no hace otra cosa sino invitarnos a un banquete eterno; y, cuando por fin se decide a acompañar a los hombres en su andadura terrenal, ¿qué es lo primero y lo último que hace? Pues lo primero que hace, nada más iniciar su vida pública, es transformar el agua en vino, para que los convidados de una boda puedan cantar y bailar alegremente; y lo último que hace es proponer a sus amigos que, cada vez que quieran rememorarlo, prueben el fruto de la vid. ¡Extraño modo de abrumar y afligir a los hombres! ..." Leer más...

2 comentarios:

Antonio Andújar Tomás dijo...
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Antonio Andújar Tomás dijo...

Cuando Heinrich Böll me dijo que era un tipo aburrido le conté lo que me pasó un día hablando con mi madre: ella estaba muy triste pues pensaba que iba a pasar la eternidad (algo muy largo) en el infierno del sufrimiento físico (que bordería teológica)y yo le dije que no tuviera miedo por mí, que no se sintiera decepcionada, tampoco debía pensar que yo era la señal de su fracaso como madre católica, le aseguré que nunca más iba a creer en Dios, pero que ser un ateo era algo muy distinto.

De todas formas los que más habláis de Dios son los temerosos de que sus actos sean representados en el estudio del tribunal del cuento el último día, el del máximo temor.